viernes, 14 de mayo de 2010

TODOS LOS ESPAÑOLES SOMOS IGUALES ANTE LA LEY… ¡Y UNA MIERDA!

Esto es lo que dice la Constitución. Lo que no dice es que no somos iguales ante los encargados de aplicarla. Y ahí está la trampa.
Sólo voy a poner dos ejemplos: Mi señora madre a los 76 años se empieza a quejar de su rodilla izquierda en la que sufre fuertes dolores que le impiden paulatinamente caminar con normalidad. La rodilla se le inflama y su tamaño empieza a crecer hasta duplicar en volumen de su rodilla derecha. Además, ya por aquel entonces, se observa cómo, día tras día, su tibia empieza a curvarse de forma alarmante y los dolores van aumentando .El diagnóstico del facultativo de turno es clarísimo, como todos imaginábamos artrosis degenerativa que requiere cirugía para implantar una prótesis interna.
Pero claro, mi señora madre, aunque es la reina de nuestro hogar, no es la reina de España. Tampoco tiene influencias ni enchufes en la nefasta sanidad pública española y tiene que prolongar su sufrimiento y pasar a la cola de programación. Exactamente igual que la reina de España.
En ese estado se le condena durante 18 meses a las penalidades consiguientes porque todos los españoles somos iguales ante la ley.
Segundo ejemplo. Yo mismo en el año 2006 me veo en la necesidad de dejar mi trabajo para cuidar a mis señores padres, ambos enfermos. Mi señor padre con insuficiencia renal aguda que necesita realizar tres sesiones semanales de hemodiálisis y mi señora madre enferma desde 2005 de Alzheimer y abandonada por el sistema sanitario público a su suerte durante los siguientes 4 años.
La consecuencia inmediata es una depresión enorme que me ataca en el verano de 2007. Y se repite en 2008 y 2009.Pido una doble cita para ambos en la SS para el psiquiatra. A mi madre se la dan en tres meses y yo tengo que esperar 6 meses para curar una depresión. Ni que decir tengo que paso del sistema sanitario público y me voy a la Clínica López. De no haberlo hecho así, seguramente mi madre y yo ya estaríamos en el infierno condenados por la ineficacia de un servicio que ambos pagamos pero que no vale para nada. Nos roban a todos los españoles, nos engañan y nos condenan.
Bueno, quiero decir, a la inmensa mayoría porque hay privilegiados, como uno que se llama JUAN CARLOS, al que hoy le detectan un tumor, mañana elige clínica, ese mismo día lo operan y a los 5 días ya está curado y en Palacio.
Demostrado queda que todos, absolutamente todos, los españoles somos iguales ante la ley del embudo. ¡Viva el rey cuando se pague sus lujos!

Vigo, 11 de Mayo de 2010 Fdo.: José Miguel Pérez Seijo (Vigo)

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