CARMELA, LA FEA

Me estoy refiriendo a la Chupóptera Número Uno del panorama político del norte del Magreb. Una vez eliminada Teresita de la Vogue el liderazgo absoluto corre ahora a cargo de Carmelita Silva Metementodo. Sí, esa que dicen que es portavoz de la Piara de Sinvergüenzas Oportunistas y Embaucadores en el Senado.
Esta tía es la más fea de todas las Carmelas que conozco. Y esto, claro está, no tiene ni remedio, ni pecado alguno.
Carmela es incluso más fea que una lapa, que ya es decir, y además actúa como tal pues allí donde va el inefable e incompetente alcaldito de Vigo para auto bombo propio, allí está ella para animar el cotarro, repartiendo abrazos y besos por doquier entre todos los estómagos agradecidos que la mantienen a ella y a toda su pandilla. Da igual la hora y el día de la semana. Llueva o luzca el sol esta desvergonzada siempre está donde su mentor, exhibiendo toda la vulgaridad que los caracteriza.
Sea donde sea, Carmela es la pera. La más fea y más cuentera. Más fresca que una nevera y más falsa que la perla de una vieira.
Y esta negrera, que chupa de todos los que desprecia, dicen que “trabaja” en Madrid. Pero, claro, como todos le pagamos sus caprichos y desplazamientos Vigo-Madrid-Vigo, ella abusa y abusa porque además de fea tiene una cara más dura que el cemento armado. Y es fácil deducir que su productividad, en Madrid y en cualquier lado, con tantas idas y venidas, seguramente será la misma que la de un parásito.
Si esta auténtica prenda, prototipo de la estupidez y mediocridad imperante en los espacios políticos, sirve para algo diferente que para dilapidar los caudales públicos es evidente que los bebés vienen de Paris.
Como decía un tal Albert Einstein la política es para el momento y Carmelita está aprovechando su momento. Y de qué manera. ¡Viva la dolce vita a cuenta del prójimo!
Todo esto explica dónde estamos todos en este delirante país.
Los políticos a lo suyo. Hacer caja con los dineros de los ricos y los votos de los pobres ciudadanos para proteger a unos de los otros.
Y así nos va. Hoy mejor que mañana. A la espera del batacazo.
¿Cuándo nos cansaremos de aguantar a tanto depredador/a ?
¿Será posible que la inmensa mayoría de los ciudadanos no se den cuenta de los efectos demoledores de semejante fauna política?
Estos auténticos gorrones, primero engañan al personal, luego despilfarran lo que no está en los escritos, arruinan el país y seguidamente montan todo un carrusel de ceremonias de distracción para ocultar lo que se nos viene, A TODOS, encima por la serie periódica de barbaridades cometidas durante los últimos siete años.
Ya basta.

Vigo, 14 de Septiembre de 2010 José Miguel Pérez Seijo