La Conselleira que desprecia a los mayores

A/A de la Sra. Conselleira, Dña. María Pilar Farjas Abadía

Distinguida Sra.
Aunque Vd., seguramente no me crea, yo valoro y mucho, su educación y responsabilidad al contestar el correo que hace meses le envié. Y me da la impresión de que, en este aspecto, es Vd. la excepción.
Porque, vamos a ver, ¿a quién se deben todos Vds., los políticos que, entre otras prebendas disfrutan de un palacio que pagamos TODOS? ¿Quiénes los han puesto ahí a TODOS Vds.?
Pues, sencillamente los ciudadanos que, como yo, los han votado. ¿Es o no es esto verdad? Bueno, no a Vds. Al presidente.
Entonces lo mínimo que yo EXIJO es que cuando le dirijo la palabra a uno de Vds., por lo menos, obtenga una respuesta, aunque sea después de MESES. Dele Vd. clases de educación a un tal Agustín Hernández, a la Sra. Mato, al Sr. Lete Lasa y al mismísimo presidente de la Xunta, entre otros.
Yo no tengo ni secretarios/as ni asesores ni jefes de gabinete. Tampoco tengo coche oficial, ni dietas, ni gastos de representación ni prebenda de ningún tipo. Ni los necesito, esa es la verdad. Pero maldita la gracia que me hace pagárselos a quien no los merece y se sirve, además, del puesto en lugar de servir a los que les pagan. Hablo, en general.
También valoro, pero negativamente, su pésima gestión política en esta zona, la más populosa de Galicia. Vd. es la responsable de parte de lo que pasa en Vigo en materia sanitaria. Aquí parece que tenemos que aguantar a lo peor de cada casa.
¿Conoce Vd. a un tal Javierito Caramés? Es un impresentable. ¿Y qué decir de la Sra. Ana María Capdevila Argüelles? Es una embustera. Cero zapatero para ambos por maleducados y torpes.
Me habla Vd. de Julio García Comesaña y le da el título de Dr. Pero ¿doctor de qué y en qué? En medicina no será porque me ha demostrado que muy poquito entiende de ello. ¿Será el fireware de otro irresponsable llamado Francisco Soriano Paredes?
Si todos estos elementos están al frente de la sanidad en Vigo, apaga y vámonos.
Pero, claro, hay más irresponsables. Sólo le cito a otros dos que se hacen pasar por doctores. Un tal Bruné y su jefe, Casal. El primero ha estado toreando a mi madrina, Silveria Alonso Alonso, durante más de un año.
Mi madrina ha sido víctima de una atolondrada que ha querido jugar a traumatóloga y ha dejado a Silveria en una silla de ruedas. Esta negligencia médica debería conocerla Vd. ¿Hay derecho a esto? ¿Hay derecho a retrasar una intervención quirúrgica encima de una negligencia médica de tal calibre? Esto es increíble y clama al cielo.
Yo tengo clarísimo que Bruné es el responsable directo de este atropello y Vd. también por consentirlo. Es más, Alberto Núñez, a quién le debe el puesto, igualmente. ¡Y no pasa NADA! Como si este país fuese el norte del Magreb, que lo es.
Las consecuencias de tanta desidia las paga mi madrina. Seguro que si Silveria fuese su señora madre esto no hubiese pasado. ¿Me equivoco Conselleira?
Al tal Bruné debería Vd. investigarlo por holgazán e irresponsable.
El polo opuesto es el DR. MOISES HERNÁNDEZ. Honesto, amable, eficaz, razonable, trabajador,… Es un profesional auténtico al que debería MIMARLE y subirle el sueldo porque se lo gana día a día.
Con Bruné y su jefe, haga lo que quiera.
Y si necesita alguna aclaración, que lo dudo, hágamela saber.
Como es lógico, yo puedo equivocarme, pero los hechos están ahí y a este tipo de situaciones sólo se llega después de una cadena de errores que se repite demasiado alegremente. Y nunca aparece el responsable. Pues para que quede claro yo se lo señalo.
En SANIDAD no se puede ahorrar absolutamente NADA porque no se puede jugar con la vida de nadie. Y no me estoy refiriendo a chucherías. ¿Qué es eso de tener los quirófanos cerrados? ¿Y bajarle el sueldo a la gente que trabaja, de verdad; es decir el doble, porque hay que ahorrar y no se cubren las plazas que se necesitan? Todo esto, infiero, que ni Vd. ni Alberto Núñez parecen entenderlo. Ahorren en todo lo demás, super sueldos a incompetentes incluidos, fastos y caprichos absurdos.
¿Le queda claro, Conselleira?

Vigo, 26 de Noviembre de 2010 José Miguel Pérez Seijo