Vengo siguiendo a Rafa Nadal desde hace años, cuando era un
chavalín y lo vi jugar al tenis, aquí en Vigo, en el Club de Campo.
Yo he practicado este deporte desde muy pequeño cuando las
raquetas eran de madera y pesaban lo suyo. Como autodidacta, por supuesto.
Incluso llegue a participar en un torneo universitario. Lo hacía por diversión
y siempre a nivel individual.
En aquellos tiempos el tenis
estaba despertando en España pero ya teníamos un gran maestro en el que
fijarnos. Era la época de Manolo Santana y Andrés Jimeno aunque entonces
solo se prestaba atención a los llamados
amateurs y no a los profesionales que como Jimeno y otros tenían sus propias
competiciones.
Para mí Manolo Santana era el fenómeno del momento. Lo vi
ganar en Paris, el Roland Garros , y
sobre el cesped de Wimbledom. Por
televisión, por supuesto. Me encantaba el juego de Santana porque dominaba
magistralmente todos los golpes: drive, revés
cortado o liftado, el passing shot, el smash, los globos, las dejadas,
boleas…
Desde entonces el tenis me cautivó. Es, de los deportes
individuales, el que más me gusta. Nunca me aburro viendo a las grandes
figuras: desde Borg, Lendl, Mc Enroe, Edberg, Becker, Sampras, Connors, Smith, Orantes,
Ferrero, Bruguera, Moyá, Ferrer, Arancha o Conchita Martínez.
Actualmente me gusta mucho el estilo de Federer aunque admiro mucho más a nuestro Rafa Nadal
que no lo hace tan bonito como el suizo pero tiene lo que a aquél le falta. Un
pundonor que no he visto en ningún otro tenista del mundo. Nadal te hace
disfrutar de cada punto como nadie. Además de su garra y competitividad que le
impide dar por perdida la bola más inverosímil, sigue mejorando sus golpes
(sobre todo el saque) cuando ya lo ha ganado TODO, tanto a nivel individual (Open
Australia, Open USA, Roland Garros , Wimbledon y el ORO olímpico) como
colectivo, la Copa Davis. Y esto, para mí, tiene un mérito tremendo. Técnica y
físicamente es un fenómeno y mentalmente es el mejor, con diferencia, porque
sabe sufrir en los momentos difíciles y recuperarse de cualquier situación
crítica para sacar todo el repertorio que haga falta en cualquier momento de
cada partido.
Esta temporada le he visto ganar en Barcelona, Montecarlo,
Roma y Paris. Lo de Paris del domingo/lunes pasado ha sido, sencillamente
genial. Y eso que este año lo tenía
especialmente difícil allí, en Roland Garros. Los gabachos, desesperados al
verlo siempre llevarse su torneo favorito para Manacor, estaban especialmente rabiosos con Rafa despotricando como necios y energúmenos
sin darse cuenta de que esto era un
acicate para Nadal, deseoso de taparle la boca a cuanto miserable se atrevía a
poner en duda su comportamiento dentro y fuera de la pista.
Nadal no había perdido
NI UN SOLO SET en todo el torneo hasta llegar a la final donde estaba esperando
al nº 1 de la ATP, Djokovic, que en su vida ha ganado en París. Y mientras esté
Nadal en la pista central NO HABRÁ COLOR y el señorito Novak tendrá que seguir
esperando y desesperándose para llevarse el único torneo de Grand Slam que le
falta.
Sólo la lluvia y la parcialidad del juez árbitro, permitiendo
el juego en una pista infernal y peligrosa le jugaron una mala pasada en el
tercer set.
El serbio se desesperaba, rompía raquetas y lanzaba coces de
impotencia contra todo lo que pillaba. Pero la suerte estaba echada. Con una
paciencia y concentración excepcional Rafa acabo seduciendo a tirios y troyanos
y en una hora dejo sentenciado el cuarto set, el partido y el séptimo Roland
Garros. Un record histórico.
Ni un mal gesto, ni una queja, una deportividad exquisita y
un juego fantástico durante todo el torneo. La consecuencia, un cursillo
intensivo de dos semanas para todos los demás fenómenos del tenis actual que
saben, de sobra, que Rafa Nadal es el REY DE LA TIERRA (batida).
Este es el ejemplo (de libro) en el que debemos fijarnos
todos los españoles (El Rey, Juan Carlos incluido). ¿Queda claro majestad? Yo
lo tengo clarísimo…
I have a dream: RAFA NADAL FOR PRESIDENT!
Vigo, 12 de Junio de 2012 José Miguel Pérez Seijo
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