martes, 26 de enero de 2010

Carta respuesta al atolondrado ministro del paro


La verdad es que me cuesta muchísimo perder el tiempo dirigiéndome a tipos como tú pero ya que me escribes para anunciarme la rebaja de mi pensión pues voy a expresarte mi opinión, a ti y a toda tu pandilla, sin ningún tipo de protocolo.
Yo tengo 86 años, estoy enfermo y casi ciego pero la mente me funciona perfectamente. Soy de Vigo y, por lo tanto del Celta; por eso me gusta el azul celeste. Celestino es la mascota de mi equipo ¿lo sabías? Seguro que sí. Lo que no sabes es todo lo demás. Ni sabes, ni pronuncias.
¿Cuánto tiempo llevas calentando la silla de ministro? (sí con minúscula). ¿Tú también te has bajado el sueldo? Yo apuesto por lo contrario. Hoy,
estoy seguro, que ganas más que ayer y menos que mañana. Para eso estás ahí ¿no? Para forrarte sin dar un palo al agua. No sólo tú, toda esa Pandilla de Sinvergüenzas, Oportunistas y Embaucadores, antes PSOE.
Y ahora me pregunto ¿para qué necesitamos los Ciudadanos, sí esos que os mantenemos, no sólo a botarates como tú sino a todo el Estado, incluido su jefe?
¿Es que no sirves para otra cosa? ¿No te da vergüenza salir de casa y entrar en un ministerio para no hacer absolutamente nada?
A ver. A ti te pagan para establecer records negativos, porque otro necio como tú te nombró, para que nos demuestres lo incapaz, nulo, impresentable, desvergonzado, inútil, torpe, indeseable, bocazas, mentiroso, patético…
¿Te basta? Si tuvieses un ápice de dignidad ya te habrías ido para casa. Allí seguramente serías más útil, por lo menos para tu familia.
Métete la rebaja de mi pensión por ahí, por donde la espalda pierde su honesto nombre. Ojalá te salga por la boca, ¡estúpido!



Vigo, 26 de Enero de 2010 Fdo: Paulino Pérez Barreiro

domingo, 17 de enero de 2010

UN “GRIS” DE LOS DE FRANCO


Desde el pasado mes de Abril me veo en la necesidad de viajar, casi siempre por vía aérea, desde Vigo hasta Madrid, donde acudo cada 40 días, dada la ineficacia del sistema sanitario público que padecemos, a la Clínica López Ibor para tratar una depresión que ya creo superada, pero que necesita la consolidación pertinente para que no se repita.
Yo, como se puede comprobar, soy un tipo pacífico, tolerante, con cierta educación y muy respetuoso con todo el mundo. Les aseguro que no soy ningún follonero, alborotador, maleante indeseable, y, ni mucho menos, soy un terrorista. Pero he sido tratado como tal el pasado día 7 de Enero de 2010 en la terminal T2 del aeropuerto de Madrid-Barajas poco antes del embarque, sobre las 15,30 horas, por parte de un “guardia civil” (sí con minúsculas) que desprestigia a ese Benemérito Cuerpo que siempre admiro y admiraré.
Se trata, me imagino, de un principiante cuyo código de identificación es Y85891F. Este individuo, sin aptitud profesional alguna y con un abuso de autoridad increíble, me faltó al respeto sistemáticamente, por un asunto sin importancia, creo yo, que podría comentar si fuese necesario. Pero no quiero extenderme demasiado.
Con expresiones como “CALLESE O LO DETENGO” “AQUÍ MANDO YO”, “¿ES VD. UN CHULO?” “ME ESTA INSULTANDO” (si lo hubiese hecho, insultarle, tengo claro que dormiría en la cárcel de la capital, pero al preguntarle por el insulto propelido se negó a contestarme, ¡curioso, ¿verdad?!).
Si su aptitud fue nula, su actitud fue todavía más demencial. Lo que está clarísimo, para empezar, es que ambas son impropias de un servidor del orden público que, lo primero que debe mostrar es la tranquilidad suficiente, como cualquier profesional, para desarrollar su labor y entender que las reglas hay que aplicarlas, por lo menos, con sentido común. Sin actitud ni aptitud y un sospechoso nerviosismo ese individuo perdió todos los papeles, si es que tenía alguno y estaba incapacitado, fuera de sí, para actuar coherentemente y, en consecuencia, cometió, con el que subscribe, error tras error, vejación tras vejación, despropósito tras despropósito. Un espectáculo propio del mismísimo Pajares.
Pero lo más grave es que al confundirme con un terrorista, después de comprobar telefónicamente mi identidad, no rectifica. Faltaba más. “Aquí sigo mandando yo”, “¿eres médico?” te vas a enterar”, “eres gallego, ¿verdad?”. Y siguió con sus caprichos pueriles.”Desnúdese”. Me desnudé, fui registrado y casi apaleado. Sólo faltó que me apuntase con su arma actuando con una prepotencia propia de otras épocas que todos queremos olvidar pero con sujetos como estos será imposible.
Entiéndaseme bien. Yo no culpo ni a su jefe ni a nadie más que a él.
Eso sí, yo creo expresarme siempre con claridad meridiana SEA QUIEN SEA mi interlocutor y distingo perfectamente el calificativo del insulto. Ese sujeto, además de autoritario, soberbio y torpe no puede realizar un trabajo para el que no está preparado. Por supuesto, es mi opinión y así la expreso para que se conozca y se investiguen este tipo de abusos.
Ni yo ni nadie está en posesión de la verdad absoluta. Incluso puedo reconocer mis errores. Sin ningún problema pero lo que no puedo permitir es este desproporcionado comportamiento puntual de sujetos como el aludido al que incluso puedo perdonar semejante ultraje. Él es quien debe tomar la iniciativa si es que quiere y sabe. Lo dudo mucho pero aquí estoy para aclarar todo este lamentable y vergonzoso atropello, sin consecuencias físicas pero sí morales. ¿Es que en España todo funciona mal? En teoría estamos en el sur de Europa. Digo sólo en teoría. En realidad este país pertenece, de momento, de hecho, al África Septentrional. ¡Qué pena y que vergüenza!


Vigo, 12 de Enero de 2010



Fdo: José Miguel Pérez Seijo
Avda. Alcalde Portanet, 13-1º
36210-VIGO
DNI: 36003334P