La estadística en manos de los
políticos es una gran mentira porque siempre, siempre, se manipula
a su conveniencia. Hace muy poco tiempo el presidente de la Xunta se
relamía de gusto soñando despierto con su buen hacer en el asunto
de las listas de espera en el área sanitaria de Vigo.
Pero, ¿de dónde habrá sacado este sujeto que la espera media
para pasar por un quirófano era de tres meses (90 días)?
Hoy mismo, sale a la
palestra otra lumbrera, el gerente del Chuvi, Mario González, que
insiste en la misma cuenta si bien admite que los vigueses esperamos
UN MES MÁS que los demás gallegos. Y esto también es COMPLETAMENTE
FALSO. Qué poca vergüenza tienen estos chupatintas!
Pero dejemos la teoría y vayamos a
los hechos, a la práctica, a la pura y dura realidad que es otra
muy diferente de la que nos cuentan. Y es que ni de lejos están
controladas las listas de espera quirúrgicas sino DESMADRADAS. MÁS
de 6500 pacientes esperan en traumatología para ser intervenidos.
CERCA de 1800, entre los cuales me encuentro, esperamos por el
oftalmólogo y más de 1000 para otros tipos de cirugía. Estas son
las cifras reconocidas sólo en el Chuvi porque hay otros 6000 más
en Povisa, por ejemplo. La cifra total está rondando los 14.000
justo el doble que en el norte de Galicia. ¿NO ES ESTO ESCANDALOSO,
señorito Mario González? Y este individuo espera a que se abra el
nuevo hospital de Beade para reducir estos números VERGONZOSOS.
Menudo impresentable. Pero, ¿qué tendrá que ver la velocidad con
el tocino? ¿Cuántos quirófanos están cerrados en estos momentos
en los hospitales vigueses? ¿Quién permite semejante aberración?
¿Quién consiente las represalias contra los profesionales
sanitarios que se niegan a acatar la dictadura y la sinrazón de la
sanidad pública en Vigo y su área de influencia?
No hay más que un responsable que
está haciendo bueno al anterior gerente. Se llama Mario González.
Creo recordar que este individuo lleva cerca de un año en el cargo
y, por lo visto es algo que le supera, que le queda demasiado grande
para su escasa aptitud. Pero, claro, debe ser amigo de Albertito
Núñez; por eso ha sido designado digitalmente y está tan perdido.
Y por lo visto hasta ahora ni sabe ni aprende. ¡Qué desgracia! ¿Por
qué no se investigan los favoritismos, amiguismos, arbitrariedades
e influencias a la hora de pasar por el quirófano?
Esta misma mañana he estado en el
CAP de Beade y allí mismo, en una de las paredes se podían leer
alguno de los derechos relacionados con la prestación de servicios
sanitarios por parte del sistema público de salud de Galicia. Por
ejemplo: “Derecho a una garantía de DEMORAS MÁXIMAS de manera que
determinadas prestaciones sanitarias financiadas públicamente les
sean dispensadas en unos PLAZOS PREVIAMENTE DEFINIDOS Y CONOCIDOS”.
Esto es la teoría porque la realidad
es bien diferente. Cuando uno se inscribe en una lista de espera
NADIE le da un NÚMERO ni un plazo MÁXIMO para la operación
correspondiente. ¿Por qué razón se reconoce cínicamente ese
derecho pero no se aplica en la práctica? ¿Por qué los plazos
REALES para entrar en un quirófano no tienen NADA que ver con lo
razonable? Me refiero al ciudadano normal no a la tropa de enchufados
que con premeditación, alevosía y nocturnidad aprovechan sus
influencias para “colar” en esas listas a TODOS sus amigotes.
Mi señora madre, Gloria Seijo
Alonso, ha tenido que esperar estoicamente, como Diogenes, DIECIOCHO
MESES para ser operada de artrosis en una de sus rodillas. A NADIE le
importaron sus dolores y la imposibilidad de caminar por si misma.
¿Hubiese esperado ese tiempo, la señora madre del presidente o la del señorito
Mario González? A que no...
Más ejemplos? Mi madrina, la señora
Silveria Iglesias Iglesias, ha sido ignorada en el Hospital Meixoeiro durante DOS LARGOS AÑOS
por su “traumatólogo” un catalán, de cuyo apellido no quiero
acordarme que con la anuencia de su jefe, el Dr. Casal, la ha tenido
postrada en una silla de ruedas al no atreverse a operarla por su
edad y la dificultad (incompetencia) de la intervención de artrosis
en ambas rodillas. Menos mal que todavía hay profesionales con
sentido del deber para resolver estos ABUSOS. Vaya desde aquí un
grandioso reconocimiento para el Dr. Moisés Hernández Blanco, del
Hospital del Meixoeiro, que ha conseguido devolver a mi madrina
Silveria a la vida real.
Y, por último, paso a exponer mi
caso. Desde el año 2010 querían operarme de cataratas así que me
inscribieron en la famosa cola de programación (lista de espera). En
2011 pase el reconocimiento anual pertinente y la oftalmóloga me
dijo que las cataratas no estaban “maduras” todavía como para
operar. Me borro de la lista de espera. Pero después de dos años
llega el momento en que me doy cuenta que mi visión por ambos ojos
está bajo mínimos; de modo que el 4 de octubre de 2013 entro, de
nuevo en la cola para pasar por el quirófano.
El 24 de febrero me llaman para hacer
el preoperatorio y finalmente se concreta la operación de catarata
del ojo izquierdo el 28 de febrero. CUATRO MESES DE ESPERA. Me opera
en el Meixoeiro el Dr. Mario Rodríguez, un excelente profesional que
logra la recuperación del 100% de la visión en ese ojo.
Desde entonces han pasado SEIS LARGOS
MESES y todavía no se NADA de la operación de mi ojo derecho.
Esta es la realidad de las listas de
espera. Las estadísticas que salen publicadas en los medios de
comunicación son una mentira mayúscula. No hay nadie en una cola de
programación que se opere en menos de CUATRO MESES. Bueno puede ser
que los padres o los amiguetes del presidente de la Xunta se operen
al día siguiente de su reconocimiento. O de cualquier alto
chupatintas al que le pagamos un excelente sueldo que no se gana por
sus aptitudes sino por el dedo caprichoso de los incontables
chupòpteros que asolan el panorama local/autonómico/nacional.
Y estas son las estadísticas que se
utilizan para falsear la realidad al ciudadano de a pie, del que no
dispone de las influencias/enchufes que otros utilizan día tras día
en detrimento de los paganos de siempre. Todo lo demás son cuentos
chinos de los chupópteros de siempre.
Vigo 22 de Julio/28 de Agosto de 2014
José Miguel Pérez Seijo